Segundo patio
Cátulo castillotu leyenda:
la pena demorada del bandoneón de Arolas,
llegaban entre sombras jaileifes de otras cepas,
se chairaban cuchillos, las hembras eran otras.
Y estaba con los duendes de tu casa la higuera
de aquel segundo patio de bailongo y amor.
Llegó un compadre de antes, Felisa fue su grela.
Naciendo en la novela del tiempo estabas vos.
Con el segundo patio
del ayer, piecita de altos...
La esquina del almacén
¡convidá un faso!
Con el segundo patio
del laurel,
(roldana y tachos)
que alegraste, tal vez,
silbando tangos.
¡La vida nochiluna!...
La vereda y el árbol:
para trepar la altura
del cielo
estabas vos...
Las calles del Abasto son,
al fin, piedras viejas
que juntan las esquinas
del corazón y lloran.
Remotos, sus boliches
contaban peripecias
de inventores de versos,
de guapos y de mozas.
Ya estabas en las cosas
de verdad, con la entera
presencia milagrosa
del lejano cantor.
Dormiste tu silencio
soñando en una puerta
por el segundo patio,
tangueando, estaba Dios.