Que le vamo' a hacer
Los autenticos decadentes
Era una hembra atrevida
que me propuso una noche de placer
en sus juegos pervertidos
todos salen mal heridos
nadie puede dominarla...
sus caderas te desarman
Era atrevida, era atrevida
esa hembra
casi me deja sin vida
Al poco tiempo
de vivir con ella
me di cuenta que no era
para mi
arrasó con mi heladera
se llevó mi billetera
ahora vendo chocolate por ahí
con maní
Que le vamo' a hacer
Que le vamo' a hacer
No es para mí, no era para mí
Ay mi dios vení, s6aacutecame de aquí
yo me equivoqué, este es el fin
Voy dando vueltas por este mundo
pisando el cielo llegando al fondo
en esta feria encontrás de todo
hay mucha oferta pero poco oro
Yo no sabía, no lo creía
parecía una chica divertida
tené cuidado con esas minas
que te prometen y te dejan en la vía.
que me propuso una noche de placer
en sus juegos pervertidos
todos salen mal heridos
nadie puede dominarla...
sus caderas te desarman
Era atrevida, era atrevida
esa hembra
casi me deja sin vida
Al poco tiempo
de vivir con ella
me di cuenta que no era
para mi
arrasó con mi heladera
se llevó mi billetera
ahora vendo chocolate por ahí
con maní
Que le vamo' a hacer
Que le vamo' a hacer
No es para mí, no era para mí
Ay mi dios vení, s6aacutecame de aquí
yo me equivoqué, este es el fin
Voy dando vueltas por este mundo
pisando el cielo llegando al fondo
en esta feria encontrás de todo
hay mucha oferta pero poco oro
Yo no sabía, no lo creía
parecía una chica divertida
tené cuidado con esas minas
que te prometen y te dejan en la vía.
Encontrou algum erro na letra? Por favor envie uma correção clicando aqui!
Mais ouvidas de Los autenticos decadentes
ver todas as músicas- Yo No Soy Tu Prisionero
- Pendeviejo
- Luna Radiante
- El Pájaro Vio El Cielo Y Se Voló
- Cartas sin marcar (Cover de Calamaro)
- Cómo Me Voy a Olvidar
- Auténtica
- Las miradas
- Ángel Y Demonio
- La Guitarra
- Mi Fantasía
- Ya me da igual
- Tribus Urbanas
- Amanecer
- El murguero
- Corazón
- Entregá El Maron
- A Los Piropos
- La bebida, el juego y las mujeres
- Me morí de risa