Enrique morente

A la hora de la muerte

Enrique morente
A la hora de la muerte
Que no ponérmelo a mí delante,
Que como la quiero tanto,
El corazón a mi se me parte.

Quiere que me esté callao,
Y yo a mi lengua le eché un nudo,
O esta gente son capaz,
De hacerle hablar a un muo.

Anda y dile a tu mare,
Si me desprecia por pobre,
Y que el mundo da muchas vueltas,
Y el que se cajó una torre.

Aquiel que sienta,
Tierra llena,
Mal fruto puede coger,
Que la tierra se vuelve piera,
Y no pue prevalecer.

Abierta estaba la rosa
Con la luz de la mañana
Tan roja de sangre tierna,
Que el rocío se alejaba

Tan caliente sobre el tallo,
Que la brisa se quemaba
¡tan alta!, ¡cómo reluce!
¡Abierta estaba!

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