Vuelvo a madrid
Ismael serranosabes que no aguanto los aterrizajes.
Desde lo alto distingo,
entre un mar de luciérnagas,
mi pequeño barrio.
Amigos canallas estarán, puntuales,
cerrando los últimos bares.
Tocamos la tierra.
Ay, niña, te estrujé la mano.
Lavapiés nos recibe,
fruta de narguile,
explosión de color.
Una mujer reza y llora desde un locutorio.
¿A quién se le ocurre
vivir tan arriba
sin un ascensor?
Malditas maletas.
Pienso en la mujer.
También lloro.
Soy afortunado.
Yo siempre vuelvo a Madrid.
Escucho mensajes:
los viejos colegas de la facultad
hicieron la fiesta de la primavera
y yo, como siempre,
me la perdí.
Ciudad de mis noches,
del viento del pueblo,
de la resistencia,
del No pasarán,
¿qué hiciste en mi ausencia?
Dime que te acordaste de mi.
Abro los balcones,
te beso, el murmullo de las lavadoras
se mezcla con ritmos,
darbukas, bachatas e incienso.
Maldita ciudad, no es tu mejor momento
y aún estás hermosa.
He de confesarte que te eché de menos.
Agarro la guitarra
y canto para ti.
Qué bueno estar en casa.
Vuelvo a Madrid.