En la selva
Juan perroel salía de mañana y ella hacía de comer
Una tarde en que volvió con algunas provisiones
su mujer le relató la historia de unos ladrones
Que llegaron en silencio con los baúles cargados
y los ojos muy saltones y los dientes apretados
Y salió al verlos llegar porque gritaban su nombre
y decían que traían un negocio para el hombre
Qué te parece Manuel ésta es la oportunidad
pues viviendo aquí encerrados dime quien se va a enterar
Y como él no respondiera, ella dale, tal y cual
más bien de mala manera se quitaba el delantal
Y fumando un cigarrito el se fue a acabar el día
mirando como bailaba el barquito en la bahía
La noche entera pasó apoyado en el dintel
con el alba se marchó nunca más se supo de él
Y una tarde en que la viuda lloraba desconsolada
un bandido le decía no me llores vida mía
que aquí no ha pasado nada
Y un lorito en la enramada repetía sin cesar
este coro que les traigo porque yo lo oí cantar
Santa Bárbara bendita, bendito San Cayetano
al que entierra su tesoro se le va detrás la mano
Tú perico cierra el pico respondía el bandolero
nunca llegarás a rico si no guardas tu dinero.