Santiago adamini
Santiago adamini
Cegao por las luces del pueblo en la noche
de un día 'e dijuntos que al mismo llegué,
después que dejara flores en la tumba
de la noviecita que ya no veré,
rumbiemos p'al rancho, le dije a mi zaino,
que allí al amparo del sauce llorón
se viven recuerdos felices de antaño
y se halla consuelo para el corazón.
de un día 'e dijuntos que al mismo llegué,
después que dejara flores en la tumba
de la noviecita que ya no veré,
rumbiemos p'al rancho, le dije a mi zaino,
que allí al amparo del sauce llorón
se viven recuerdos felices de antaño
y se halla consuelo para el corazón.
Queriendo encontrar en la luna
la imagen divina de la que me amó,
cruzaba los campos dormido
sin ver la esperada y blanca visión.
De pronto se esconde la luna
y envuelta en tinieblas la noche quedó,
y entonces un fuerte estampido
de un rayo perdido al zaino espantó.
¡Ave María purísima!
De frente en mi zaino, no muerdas el freno,
que el dueño 'el infierno nos quiere correr,
no ves que en los cielos está el nazareno
que es más poderoso que el tal lucifer.
Sé noble mi zaino, no tengas cuidado,
que ya llegaremos al viejo rincón
a decirle un rezo a los olvidados
que rondan penando buscando perdón.
Encontrou algum erro na letra? Por favor envie uma correção clicando aqui!