Historia de un malón
SobrekargaEn algún reventado malón
Cruzáronseme unos ojos
Hambrientos por un pantalón
Hecha carne la tentación
En medio de la habitación
Perdí hasta el divino perdón
Tremendo ni qué revolcón
Tremendo ni qué revolcón
Tremendo ni qué revolcón
Pedazo de orgía el malón
¡Y qué condenado polvón!
Los muros temblaban
Y la morena hacía tal barullón
Me gritaba - ¡No te detengas, cabrón!
Que no caí en cuenta que otras potrillas miraban la acción
- ¿Puedes compartir el colchón? -, rogaron a son
Frente a semejante montón
No pude emitir objeción
¡Tremendo ni qué revolcón!
¡Tremendo ni qué revolcón!
¡Tremendo ni qué revolcón!
Yo descarrilé aquel vagón
¡Tremendo ni qué revolcón!
¡Tremendo ni qué revolcón!
¡Tremendo ni qué revolcón!
Pedazo de orgía el malón
¡Y qué condenado polvón! (¡Tremendo ni qué revolcón!)
¡Y qué condenado polvón! (¡Tremendo ni qué revolcón!)
¡Y qué condenado polvón! (¡Tremendo ni qué revolcón!)
¡Y qué condenado polvón!
Tómenme, tóquenme
Bésenme, gócenme
Muérdanme, aráñenme
Trócenme, muélanme
Másquenme, cómanme
Bébanme, ingiéranme
Sórbanme, aspírenme
Tráguenme, engúllanme
No queda más que otra opinión
¡Bendito polvazo, cabrón!