Alberto castillo
Teddy peirócon cariño, emocionado,
recordando aquel pasado
donde solías tallar
con los nenes de cien barrios
porteños que te aclamaban
y que tu nombre coreaban
al escucharte cantar...
Alberto, vos sos el mago,
sos el rey, sos el abrazo
del tango que es un pedazo
de tu propio corazón.
Por eso es que en la nostalgia
de mi mundo arrabalero
seguís al frente, primero,
siempre serás el campeón.
Vos sos la escencia del barrio
que salió por esos mundos,
llevando en lo más profundo
de tu alma una canción.
Nunca cambió tu postura,
ni en la mala ni en la buena
llevás un tango en tus venas
y en tu pecho un bandoneón...
Eras el cantor del pueblo
y de mi barra querida,
la que siempre te seguía
para escucharte entonar.
Aun resuena en mis oídos
de esa barra el estribillo.
"¡Vamos que Alberto Castillo
hoy canta en el Luna Park!"
Cuando el tango anduvo enfermo
ahí nomás diagnosticaste
y enseguida lo operaste,
por que vos eras Doctor.
Con los cortes que le diste,
cómo lo resucitaste
y a pulso lo levantaste
con cariño y con amor.
Hermano te doy las gracias
más profunda y más sentida
por ser parte de mi vida,
por tu estilo, por tu voz,
por tu calor, tu arrogancia,
por que has dado tanto y tanto,
por la honradez de tu canto
y tu garra de cantor!