El diario de victor frankenstein
Valle de la muerteBrindarle vida a un fruto marchito, jugando a ser Dios
El sol está al oeste, ya casi he terminado mi creación
He desafiado a la muerte, el prometeo de hoy yo soy
Y comencé a Sentir, y comencé a oír y comencé a ver
Mas de mil misterios que se apoderan de mi ser
He creado un pecado viviente, hoy me doy cuenta de mi error
Prueba de un infierno inminente, ¿Por qué me cegué a la razón?
Mis vicios son los vástagos, de una cruel condena
De una soledad impuesta, la cuál me quema y me envenena
Ansío destruir lo que yo mismo creé
Absorto en mi obsesión me cuesta admitir que erré
Fui bueno alguna vez, mi espíritu inocente fue
Más sufrí la barbarie cruel del hombre y hoy, tengo sed
¡Odioso el día en el que recibí la vida
Creador insensible y falto de corazón!
¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante?
Del cual incluso tú asqueado te apartaste
Va de retro ser, Juro que habrás de perecer
Sin que culmines tu ansiedad, no destruirás a la humanidad
¿Cómo podré conmoverte?
¿No consiguen mis suplicas piedad?
Yo soy tú creación, soy la expresión de tu obsesión
Mis virtudes habrán de brotar, cuando cumplas tu responsabilidad
Un amante me has de crear, y te aseguro todo será paz
Me dotaste de razón
Me dotaste de pasión
Para luego enviarme al mundo
Presa del rechazo y la incomprensión