Amor de madre
Hijos del hambreNunca fue una diosa ni una estrella, el brillo lo puso ella, intentándome educar.
Ella era una madre, un ser de hierro. Soportó mis noches de destierro, cuando el rockandroll nos separó y rompió la unión maternal.
Desde que salí del agujero, nunca me faltó el sustento que ella me podía dar,
pero con el tiempo fui creciendo, de la música aprendiendo y me nutría de amistad.
Nunca me ocultó su monedero, a sabiendas que mis dedos eran poco de fiar.
Yo sacaba mi alma de ratero y secuestraba unas monedas pa comprar mi libertad.
Siempre alerta de mis arrebatos, mucha mano izquierda y malos ratos. Ella fue sin duda mi primer obstáculo social.
Es ella, la que se pasa las noches en vela, la que me espera.
La que perdona los días que paso tras una botella.
Ella, siempre contenta pa quitarme penas, la que se entrega.
La que se come siempre del filete la parte más fea.
Me compró mi primera guitarra, sin saber que había encendido la hoguera de mi pasión.
Destapó la caja de los truenos, suponía delincuencia donde había rockandroll.
Ahora que me gano lo que como, y aunque me lo beba todo no soy vago ni ladrón.
Ahora, puedo mirarle a los ojos, a esta hembra que te digo que por mi dio el corazón.
Y en el pecho para no olvidarme, llevo un talegero amor de madre.
Que me llevaré a la tumba con esta canción.
Es ella, la que se pasa las noches en vela, la que me espera.
La que perdona los días que paso tras una botella.
Ella, siempre contenta pa quitarme penas, la que se entrega.
La que se come siempre del filete la parte más fea.
Siempre opuso resistencia, no entendía mi pasión.
Si no fuera por la vieja yo no haría esta canción.
Es ella, la que se pasa las noches en vela, la que me espera.
La que perdona los días que paso tras una botella.
Ella, siempre contenta pa quitarme penas, la que se entrega.
La que se come siempre del filete la parte más fea.