Te quiero sin querer
Lidia guevarase ha oxidado el balcón.
Las gaviotas se han ido
y el canario murió.
Pero ya ves que yo sigo igual,
la misma falda y sentada en sofá.
Porque la niña que ayer te perdió
no deja de esperar.
Me siento tan tonta
besando el suelo que has tocado con tus pies.
No importan las horas.
Aunque no quiera yo te quiero sin querer,
te quiero sin querer.
Se ha callado la radio,
se ha parado el reloj,
el teléfono duerme
desde que no oye tu voz.
Ya lo ves que en el 5º C
no hay novedades ni nada que ofrecer.
Sólo el alma de la soledad
y restos del ayer.
Me siento tan tonta
besando el suelo que has tocado con tus pies.
No importan las horas.
Aunque no quiera yo te quiero sin querer,
te quiero sin querer.
Me cambiaste por otro mundo,
no te importó una chica común.
Y soy tan tonta que sólo espero
que me salves tú.
Me siento... tan tonta.
Me siento... tan tonta.
Me siento tan tonta
besando el suelo que has tocado con tus pies.
No importan las horas.
Aunque no quiera yo te quiero sin querer,
te quiero sin querer.